¿Cómo tributa la retribución flexible?

La retribución flexible reduce el bruto que tributa el empleado al IRPF, ya que contratando servicios dentro de este paquete, el coste invertido en los productos correspondientes se deducirá automáticamente de su salario bruto. Y, además, ocurrirá lo propio con el total que se tiene en cuenta para calcular el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas.

De esta manera, se reduce parte del IRPF que afecta al salario bruto del empleado, consiguiendo que este finalmente tenga que pagar menos impuestos.

Estas acciones contribuyen a aumentar el salario neto anual. Específicamente, el ahorro producido por la exención del IRPF  permite a los empleados optimizar su salario neto hasta un 10%.

Con la retribución flexible, el trabajador puede destinar hasta un máximo del 30% de su salario bruto anual a este tipo de productos. Esta medida de ahorro le permite deducir gastos cotidianos como el almuerzo, la escuela infantil o el transporte público, que al ser pagados por este sistema quedan exentos de IRPF. De este modo, consigue sacar más partido a su salario.

Prestadores subsidiarios de servicios

Si bien muchos cambios son de obligado cumplimiento por empleador y empleado, en favor del trabajador, respecto a la seguridad, estabilidad y derechos laborales; existe una cada vez más creciente corriente dentro de estas relaciones donde los empleadores se convierten en una especie de prestadores subsidiarios de servicios, tal y como señala Iberley.

Por ejemplo, si una empresa decide que para mejorar la conciliación de sus trabajadores va a contratar a un par de graduados en educación infantil y a poner a disposición de los trabajadores una sala de la oficina para que puedan dejar al cuidado y supervisión de los graduados a sus hijos. Esta circunstancia les permitirá cumplir con su jornada laboral evitando así gastos derivados del cuidado de sus hijos que afectan de manera indirecta y negativa a la empresa.

Esto, si se descuenta la prestación del servicio de la nómina del trabajador, es lo que se conoce como «plan flexible de retribución» y que se compondrá, como veíamos en el ejemplo, de tres puntos clave:

  1. Es un servicio prestado o contratado directamente por el empleador.
  2. Supone un coste para el trabajador de igual importe al valor de mercado.
  3. Debe ser de recepción voluntaria por el trabajador.

Si bien este último requisito se encontraba escondido dentro de la expresión «puesta a disposición» ya que esta no implica obligatoriedad sino única y exclusivamente posibilidad.

Ahora bien, este tipo de retribuciones al personal no se quedan sólo en el ejemplo expuesto del servicio de guardería, de este modo podemos encontrar, entre otras, las siguientes opciones de retribución flexible: formación en el ámbito profesional (cursos, postgrados, idiomas, etc.), tickets comida, renting de vehículos, alquiler de inmuebles (especialmente viviendas), seguros de accidentes, de vida, sobre la casa, el coche…

 

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