Cinco brechas que cerrar en el teletrabajo y trabajo híbrido
El teletrabajo o los modelos de trabajo híbrido son ya la nueva realidad de las organizaciones. Con la pandemia superada muchas empresas han optado por estos formatos que ofrecen numerosos beneficios a los trabajadores. Sin embargo, en este tiempo de adopción hemos visto cómo las compañías se han adaptado como han podido. Algunas han reformulado su forma de trabajar, otras se han quedado con la adaptación inicial y muchas, han ido evolucionando sobre la marcha sin una estrategia concisa.
En todo este proceso, las problemáticas derivadas del teletrabajo o trabajo híbrido se han ido salvando o amortiguando con el fluir del día a día, pero en muchos casos, no se han terminado de resolver. Y es ahí donde queremos ahondar hoy, en esas brechas que salvar si queremos que estos modelos realmente sean eficaces.
Productividad sin importar el lugar
La productividad puede verse mermada en estos modelos por cuestiones tan simples como tener un equipo que no rinde lo suficiente o por no tener los programas o la información necesaria en el momento que se requiera. Cuestiones básicas para la que la tecnología tiene una solución.
De viaje, en casa, en la oficina o en un hotel durante el período estival. No debería importar desde dónde se trabaje, sino más bien que los trabajadores puedan realizar su trabajo sin interrupciones. Una realidad donde las soluciones tecnológicas son un aliado.
El teletrabajo o trabajo híbrido necesita de dispositivos adaptados a las demandas de cada trabajador. Un dispositivo potente para los diseñadores, un portátil ligero para los comerciales que están continuamente haciendo visitas o un monitor suficientemente grande para consultar informes o documentos, en el caso de un administrativo.
También hay que tener en cuenta otros problemas que pueden surgir. La falta de conexiones de internet inestables, fallos en el software o hardware, y la necesidad de soporte técnico remoto pueden interrumpir el flujo de trabajo y afectar la productividad.
Formación actualizada
Las capacidades digitales de las plantillas van mejorando, pero todavía estamos muy lejos de concebir empresas digitalmente maduras. Y en ese camino nos podemos encontrar con profesionales a los que les falten los conocimientos adecuados para adaptarse a entornos de trabajo híbrido o de teletrabajo, donde no hay un compañero al que pedir soporte físico.
Es por ello que mantener a los profesionales constantemente formados en materias digitales debe ser una máxima más. Ayudarles no solo con cursos o formación, sino también con propuestas tecnológicas de uso sencillo y con directrices estándares que fomenten la reducción de la brecha digital.
Equipo conectado y colaborativo
Trabajar en un formato híbrido o de teletrabajo 100% supone perder contacto físico con los equipos. Esto que si bien era una ventaja en tiempos de pandemia, se puede convertir en una brecha para la compañía si no se cuenta con las herramientas adecuadas.
Salvar este obstáculo es posible con soluciones de colaboración eficiente. Microsoft Teams o Office 365 se han convertido en referencia estandarizada con las que mucho hardware y software está compatibilizado. Pero tan solo son una opción. En el mercado existen muchas otras opciones que permite conectar a los equipos y fomentar esa colaboración en remoto.
Bienestar laboral
La salud mental y física es fundamental en cualquier persona, pero mucho más en puestos de responsabilidad o con cargas de trabajo muy elevadas. Por ello, el concepto de bienestar laboral debe ser otra premisa donde trabajar activamente, ya que se puede convertir en un abstención laboral en cualquier momento.
En este sentido, son muchas las iniciativas que se pueden llevar a cabo para conseguirlo. Desde la creación de actividades ajenas al core del negocio hasta la creación de momentos de distensión.
Pero también debemos enfocarnos en el propio espacio de trabajo. Concebir ese lugar o lugares, en el caso del trabajo híbrido, con la ergonomía como bandera reduce las posibilidades de enfermedades y permite adaptarse nuevamente a las necesidades del equipo.
Seguridad y privacidad, por encima de todo
Las brechas de seguridad son mucho más comunes en escenarios de teletrabajo o trabajo híbrido por una razón muy sencilla: las empresas tienen mucho menos control sobre lo que cada empleado hace y cómo gestiona la información que trata.
Pese a que dispersar la fuerza laboral puede llevar a descontrolar la ciberseguridad, ninguna organización se lo debe permitir.
Las soluciones de ciberseguridad deben ser capaces también a detectar el tráfico sospechoso. Esto debe complementarse con políticas y programas de seguridad sólidos, como la restricción de acceso a servicios remotos a quienes lo necesiten, el uso de conexiones seguras como una VPN y la actualización periódica del software con los últimos parches. Los métodos de autenticación deben incluir el uso de contraseñas seguras, con autenticación multifactor (MFA) como mínimo, idealmente pasando a un enfoque de Confianza Cero.
Además, la estandarización de una solución específica de escritorio remoto en toda la organización permitirá al equipo de TI centrar los recursos en la gestión, supervisión y protección de los puertos asociados, bloqueando el resto del tráfico.
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