Bancos desbordados y pymes sin acceso al crédito: esta es la realidad de las ayudas ICO
«Un mes después de la declaración del Estado de Alarma, apenas se han formalizado entre un 12 y un 18% de los créditos ICO«, cuenta en Twitter, Carles Enric, citando como fuente a un gran banco nacional. Enric es un experto en temas concursales de empresas y Premio Internacionalización Economía Catalana, en 2001. Desde que se decretara el Estado de Alarma, se ha convertido en un referente tuitero al que consultar detalles del coronavirus que no aparecen en la prensa. Ayer, abría un hilo sobre cómo era la gestión real de los préstamos ICO desde que una persona lo solicitaba al banco hasta que, finalmente, era aprobado.
La ampliación de los préstamos ICO fue una de las primeras medidas del Gobierno que ayudarían a autónomos y pymes a conseguir financiación y capear el temporal del COVID sin tener que cerrar sus negocios. Estas ayudas se tramitarían, como es habitual, en el banco, tendrían el aval del Estado y se liberarían un total de 100.000 millones de euros en varios tramos.
Pues bien, sobre el papel parece muy sencillo pero la realidad, es otra. ¿Dónde está el problema? ¿por qué se han tramitado tan pocas ayudas? Parece que un proceso de aprobación complejo, un aluvión de solicitudes que han colapsado las entidades bancarias y un «absoluto caos de Gobierno» serían los culpables de que el dinero no esté llegando a los necesitados.
Enric cuenta que los bancos han tenido que virar y destinar «sobre la marcha» ingentes recursos al análisis de las operaciones. En un principio, las entidades pensaron que las solicitudes pre-autorizadas serían un buen filtro para sancionar ICOs rápidamente pero, según Enric, se dieron cuenta que la liquidez inyectada al sistema «era escasa«. Además, había que analizar los casos particulares, en función de la urgencia, las necesidades de tesorería, la exposición a dicho cliente o la viabilidad de la empresa futura.
Esta compleja estructuración interna que tuvieron que llevar a cabo en tiempo récord las entidades bancarias, era solamente el comienzo. «Luego se tuvo que hablar con cada cliente como si partieran de cero, pidiéndoles previsiones de tesorería, fujos de caja, etc.», es decir, prever qué va a ingresar el cliente y qué van a pagar ellos, para calcular cuánto se podría financiar en función de la cuota CIRBE de cada empresa. Y multiplicar estas gestiones por miles de solicitudes, a la vez.
El drama de formalizar los créditos
En cualquier operación de préstamo bancario, el departamento de Riesgos es quien da luz verde o roja a la viabilidad de la operación. Y en estos casos también ha sido así, con la salvedad de que, aún obteniendo el «ok» de riesgos, quedaría todo un camino de obstáculos hasta que el cliente puede obtener el dinero. Enric lo cuenta así:
«Para formalizar el crédito, el banco tiene que tener una estructura humana acorde a esta demanda, que se ha presentado de repente. Se ha doblado el personal dedicado a la formalización, pero hay mucho atasco porque las solicitudes son miles y las pólizas son complicadas debido al acuerdo marco firmado entre el ICO y los bancos». Los pasos a seguir una vez que aprueba la solicitud son:
- Se solicita al cliente un Anexo 0 ICO donde hay que rellenar datos de la empresa, fecha de constitución, facturación, balance, empleados antes de la crisis, empelados actuales, si exporta y a qué países, etc.
- Muchos clientes necesitan asesoramiento para rellenarlo, lo que implica destinar más tiempo a esto.
- Los empleados han de trasladar los datos en un simulador porque, según las ayudas percibida de organismos como ICO, FEI, etc. la cobertura cambia del 80 al 70% y hay que tenerlo calculado.
- El cliente tiene que rellenar y firmar una declaración de mínimos. «En función de los ICOs o FEI´s firmados antes de la crisis, hay que poner unos valores establecidos con la entidad con la que haya firmado el cliente».
- Una vez preparada toda esta documentación, se envía de nuevo al banco para que se formalice y preparen la póliza. «Se forman colas de varios días». Colapso.
- Cuando el préstamo llega a la notaría o hay que utilizar la firma digital (un procedimiento nuevo que hay que explicar a cada cliente), el banco ha de esperar a que el ICO valide el aval del Estado y envíe el listado a la entidad. No es un envío inmediato, «tarda uno, dos o tres días, o incluso más, como ha sido el parón que ha tenido durante la Semana Santa».
- Hasta entonces, el banco no puede hacer nada porque no sabe si el Estado avalará al solicitante, y no va a arriesgarse a darle el dinero e incurrir en un 100% del riesgo.
- «Una vez que te confirman que tienes el aval, se debe emitir un certificado con la garantía del Estado que envían al cliente en un máximo de tres días«. En este momento es cuando el cliente contabiliza y puede disponer del dinero.
¿El resultado?
«Todo es lento, un viacrucis», indica Enric. «Ya no es solo que haya pocos fondos, que los hay, al menos en este momento. Es que, cuando se consigue preparar el préstamo, contabilizarlo es otra odisea».
Enric recuerda que, en otros países se puede hacer la petición de forma on-line y en solo 24 horas. «Si en España alguien ha conseguido llegar hasta el final del proceso, FELICIDADES«, concluye.
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