La tecnología al rescate de la productividad de los autónomos

Corría el año 3000 a.C. cuando se inventaron los primeros sistemas de escritura. Esta gran innovación forma parte de lo que se conoce, en la actualidad, como Tecnologías de Uso General (General Purpose Technologies o GPT, en sus siglas en inglés), las cuales han cambiado el curso de la historia.

Algunas innovaciones pisan el acelerador del progreso, abriendo camino a nuevos tipos de trabajo o impulsando la productividad de los ya existentes. Bajo este marco, la tecnología sería la madre de todas aquellas pequeñas grandes innovaciones que han ido aconteciendo durante los últimos años: desde los primeros sistemas de ofimática hasta los ERP o CRM. Actualmente, nadie pensaría que un software sencillo de contabilidad y facturación pueda ser la clave para impulsar un proyecto empresarial, teniendo ya redes neuronales artificiales a golpe de clic. Pero así es. Y lo es, sobre todo, para un colectivo en concreto –a veces algo olvidado–: los autónomos.

La innovación tecnológica ha mejorado exponencialmente nuestras condiciones de vida, siendo especialmente relevante si hablamos de productividad laboral. Cuando incorporamos soluciones digitales a nuestro entorno de trabajo, nuestro rendimiento crece. Y no poco. Aunque mi afirmación resulta de lo más evidente, no todos han podido aún –ya sea por falta de conocimiento, tiempo u otros recursos– desplegar la tecnología en favor de su productividad y, por ende, de su negocio.

Equilibrando la balanza para los autónomos: La factura electrónica ya llegó

Los valientes que se atreven a emprender no solo deben ejecutar la razón de ser de su negocio, sino que también deben dedicar tiempo a las tareas más administrativas. La facturación, la contabilidad y los impuestos forman parte de su día a día y, a diferencia de las grandes empresas, no cuentan con un equipo dedicado en exclusiva a tales cuestiones. Por suerte, los software (o GPTs) permiten superar esta desventaja competitiva.

Para un autónomo, el control de las finanzas es tan importante como la excelencia de su producto o servicio y, llevarlas con rigurosidad, es vital para la supervivencia del negocio. Si, además, incluimos las obligaciones fiscales en la ecuación, estará en juego tanto el proyecto en sí como una posible deuda con Hacienda. Ante este contexto, existen dos alternativas. La primera se basa en tiempo: horas, horas y alguna que otra hora más para mantener los registros financieros al día y controlar el ciclo de venta los productos y/o servicios. La segunda se resume en simplificación y productividad: delegar prácticamente todas las tareas administrativas a las herramientas tecnológicas adecuadas. Entre ambas opciones, la duda sobre cuál mejoraría la eficiencia operativa y reduciría errores humanos es casi retórica.

Liberar tiempo para tomar el control del negocio y redirigir los esfuerzos hacia actividades más estratégicas y de valor solo puede hacerse con tecnología. Este es el presente y futuro de los autónomos, si quieren sobrevivir a la alta competitividad.

Porque en un contexto cada vez más digitalizado, la vida offline con Excel y cuadernos de contabilidad, de hecho, ya no va a ser posible. Como se lleva anunciando un tiempo, próximamente será obligatoria la emisión de facturas de forma electrónica, debido a la “Ley Crea & Crece” y Verifactu. Adelantarse a dichas obligaciones legislativas con la tecnología adecuada, además de mejorar nuestra productividad, nos permitirá estar más preparados para el inminente cambio. Y este cambio pasa por dejar un lado sistemas obsoletos de facturación para realizar estas tareas a través de un software, con el cual, en cuestión de segundos podremos emitir y contabilizar facturas de manera electrónica. Y, por supuesto, automatizada.

Las nuevas reglas del juego nos imponen incorporar soluciones digitales para aumentar nuestra productividad y cumplir con la legislación. Por tanto, la inversión en herramientas tecnológicas no solo es una opción, sino una necesidad para cumplir con la ley, mantenerse competitivo y hacerse un hueco en el tejido empresarial. Los autónomos deben ser protagonistas, adoptando una mentalidad de crecimiento, apoyándose en agentes digitalizadores que los acompañen en este camino y de soluciones como Cegid Contasimple, Cegid Diez o Cegid Billage, herramientas de software sencillas y fáciles de usar que les permitirán, tanto a ellos como a pymes, automatizar todas las tareas administrativas de su negocio.

Luis Cadillón, Director de la Unidad de Negocio Asesorías, Pymes y Autónomos de Cegid en España

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